martes, 27 de noviembre de 2018

AGRADECIDO



Corría el año 1977 y la banda de rock española Ñu se manejaba entre dos líderes, Jose Carlos Molina y Rosendo Mercado, dos estilos diferentes, Molina más sinfónico, con su flauta, el Ian Anderson español y Rosendo más duro, mucho guitarreo, el Rory Gallagher nacional.  Curiosamente con el paso de los años se invirtió la situación, Molina se abrazó al heavy metal y Rosendo se apartó de ese circuito.
La personalidad de ambos también era muy diferente, Molina muy visceral y Rosendo un tipo tranquilo. Molina le decía a Rosendo que las canciones que él hacía eran un "leño". Tantas cosas antagónicas entre ambos no podía terminar de otra forma que en una ruptura anunciada, Rosendo se marcha del grupo y decide crear un nuevo grupo, al que decidió llamarlo Leño, en honor a sus canciones que según el Molina eran eso, un "leño".
En el año 1978 Leño debuta en el Alcalá Palace madrileño como teloneros de Asfalto, causando una gran impresión. En el año 1979 sale a la luz su primer trabajo de estudio, que se llamó como el grupo, Leño. Tras tres discos de estudio y un directo, ante el mal rollo que empezaba a haber dentro del grupo, Rosendo, en 1983, decide deshacer la banda, cuando estaban en el punto más álgido de su carrera, tras la gira exitosa junto a Miguel Ríos y Luz Casal en aquél inolvidable "rock de una noche de verano"
Pero el bueno de Rosendo tenía firmado cinco discos con la compañía Chapa Discográfica, faltaba uno y él decide deshacer el grupo. La compañía le instiga, le dice que se busque otros músicos y grabe el disco, a lo que Rosendo se niega diciendo que Leño eran él y sus dos acompañantes de siempre, Tony Urbano, bajista y Ramiro Penas, batería, aunque en el primer disco el bajista fue Chiqui Mariscal. Al no llegar a un acuerdo la compañía demanda a Rosendo y el resultado es que los derechos de las canciones de Leño pasan a ser propiedad de la compañía durante 20 años. Además se castiga a Rosendo con no poder firmar y grabar con ninguna compañía durante dos años.
Rosendo durante su estancia en Leño se había ganado gran cantidad de adeptos y tras los dos años en "cautiverio" ficha por la multinacional RCA. Lanza su primer disco en solitario en 1985, Loco por incordiar, todo un anuncio de intenciones, y consigue gran éxito, dejando en él una de las mejores canciones de rock en castellano, Agradecido.




Pero a partir de ahí empieza la caída del guitarrista carabanchelero, los pelos de colores, los niños desenfadados que no sabían ni como se cogía una guitarra, apoyados por los medios y por el poder establecido, deseosos de mostrar una España diferente al de la pandereta y las castañuelas, mandaron al paro a casi toda la generación de músicos de Rosendo, auténticos talentos se quedaron en el camino.
Rosendo no cambia de acera, y sigue fiel a su estilo de rockero urbano, un tipo de rock que casi todos atribuyen a él como pionero. Rosendo da conciertos donde apenas acuden 500 personas, ya no puede vivir de la música y se pone a hacer nóminas en una gestoría. Parecía el fin  del narizotas carabanchelero.
A partir de aquí poco que contar, amigos lectores, ya saben ustedes lo que ha sido, lo que es, y hasta lo que será Rosendo Mercado. Su larga trayectoria, su profesionalidad, su buen rollo, su fidelidad a un estilo por encima de modas y de modos, una manera distinta de hacer y sobre todo su autenticidad, canta como vive y vive como canta, hacen que al final de su carrera su estrella brille en lo más alto, siendo todo un referente ya no solo musical, sino personal, Las Ventas se vieron petadas en el 2014, 20.000 saltando y bailando ante el Rosen, con las entradas agotadas unos meses antes.
El Rosen se nos va de los escenarios, lo ha anunciado, ya, en un pis pas. Dará su último concierto en Madrid, en su Madrid, el 20 de Diciembre, en el antiguo Palacio de los Deportes Madrileño, las entradas duraron un periquete, se agotaron ya hace unos meses. Su hueco pasarán 50 años y nadie lo cubrirá, nadie igualará e a este personaje, muy buen tío, tan singular, y sobre todo tan AUTÉNTICO.

Maneras de vivir


 Una colaboración de Quisco El Ermitaño  

1 comentario:

  1. ¡Qué puedo decirte que no sepas ya, tronquete...Rosendo pa´siempre!
    Muchas gracias por aceptar colaborar en el blog, sabía que harías algo del Rosen...no podía ser de otra manera porque tú eres fiel a tu manera de pensar.
    Ya vimos juntos a Rosendo hace tres años y para despedirlo volveremos a hacerlo dentro de menos de un mes gracias a ti, me alegra enormemente que así sea y yo sí que te tengo que estar agradecida...por cierto que estoy impaciente por escuchar ese..."Buenas noches, Madrid!
    ¡Qué artículo tan auténtico te has marcado, tronquete! ¡Maneras de vivir!
    Un besaco y un abrazo enormes.

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