martes, 30 de julio de 2013

NO ES EL VÉRTIGO, ES EL MIEDO Y EL AMOR



Me desperté y abrí un poco los ojos, me revolví en la cama e instantáneamente supe que echaba algo de menos. Pablo. No estaba en la cama.
Me hice la remolona en la cama un poco más. Un aroma a café recién hecho inundó mi habitación y con él unas ganas tremendas de probar ese café que olía tan maravillosamente bien que hasta se me quitó la pereza para levantarme.
Pablo estaba sentado de medio lado en el sofá con una taza de café en la mano. Estaba impresionantemente guapo. La luz que entraba por la ventana le aclaraba el pelo, en realidad no era tan moreno como me pareció el primer día que le conocí. A veces la luz y la perspectiva lo cambiaban todo. Y el amor, eso era lo que no tenía fin.
Pablo dejó la taza sobre la mesa y me miró tan profundamente que sentí pararse mi corazón como si una mano lo agarrara, aprisionándolo, estrujándolo, dejándolo sin vida... respiré... una vez... dos...BOOM! Y mi corazón bombeó con fuerza.
-Nena ¿estás bien?—me consoló acogiéndome la cara con las dos manos- ¿Sonia? Me estás asustando ¿Honey Bunny? Puedo oír los latidos de tu corazón desde aquí. ¡Dime algo!
La mirada perdida volvió hasta sus ojos, en realidad nunca los había abandonado.
-Estoy bien, estoy bien. De verdad. No...no sé qué me ha pasado.
Pablo me llevó hasta el sillón y nos sentamos a la vez, despacio. Estaba un poco pálido y con gesto de preocupación.
-¿Te  había pasado antes?
-No pasa nada Pablo en serio, ya estoy bien. Ha sido sólo un susto, a lo mejor me he levantado demasiado rápido de la cama.
El vértigo no te atrapa el corazón. Es el miedo y el amor lo que se adueña de él y a su vez lo que te hace volver a la vida.
-Pues me has dado un susto de muerte te has quedado como inerte y blanca- Pablo volvió a inspeccionarme y me besó.- ¡Joder no me vuelvas a hacer algo así!
-Nunca me había pasado, pero estoy bien.
-Sonia. Voy a decirte una cosa que hace mucho tiempo que no digo.
-Dime. ¿Qué cosa?- le susurré al oído
-I love you
Le miré. Frente a frente. Sin nada que ocultar. Lo decía de verdad, sus ojos no me podían mirar con más sinceridad. Creo que nadie me había mirado nunca así, ni yo había amado nunca de esta manera. No me lo esperaba.
-J´taime  mauvais garçon
-Vale, me has pillado. Te lo diré una vez más, en español. Te quiero, nena.
-Yo también te quiero chico malo.
-Si vuelves a decirme algo más en francés pienso hacerte el amor aquí mismo porque me pones muy, pero que muy…. eres mi mejor droga. Me estás matando.- Rió
La idea de hacer el amor con él me hizo sentir tan viva que aproveché el momento para cantar Les mauvais Garçons de Johnny Hallyday, en cuanto me escuchó cantar sus manos cayeron sobre mí,  besamos todos y cada uno de los rincones de nuestros cuerpos hasta hacernos uno. Una coreografía de amor perfecta.

2 comentarios:

  1. Una mañana de verano cualquiera despertarse asi es delicioso.Falta la segunda parte del relato,ha quedado inconcluso... ;-)

    ResponderEliminar
  2. Es que aquí hay mucha tela que cortar...
    Gracias por leerme y dejar un comentario.
    Un abrazo

    ResponderEliminar