lunes, 20 de mayo de 2019

RAMONCÍN - EL TIEMPO NO BORRA LO QUE NOS UNIÓ



La pasada noche, 18 de Mayo de 2019, tuvimos una cita en la Joy Eslava de Madrid con Ramoncín y la banda que le acompaña, Los Eléctricos del Diablo.
Veintitrés años  nos separaban desde la última y única vez que había visto a Ramoncín tocar en directo. Fue con 18 años, en el 96 y en una época en la que, Ramón, hacía ya unos años que no sacaba ningún LP y creía que nunca le vería en concierto. No se borra el recuerdo de aquella noche en Alcorcón, de la excitación, la alegría, la efervescencia, de lo poco que me faltó para llegar a por una de sus armónicas…del rocanrol en las venas y en mi cabeza. Y tampoco voy a olvidar nunca lo que viví  anoche en la Joy. 





No había vuelto a verle porque casi nunca me entero de cuando toca y en las ocasiones que sí lo había hecho, no había podido ir.
Llevo desde muy pequeña escuchando sus canciones. En casa, mis hermanos mayores ponían sus discos continuamente y desde entonces no he dejado de escucharle. Me hice hace unos años con todos sus discos en vinilo porque yo quería, necesitaba tener los míos. Las canciones de Ramoncín siguen formando y formarán parte de mi vida y de mi identidad como persona porque creo que no hay nada como lo que se escucha de pequeño y de adolescente que marque más a todos los niveles, por eso y porque como ya he dicho en muchas ocasiones, Ramón es para mí, uno de los mejores letristas en castellano que hay.
Puntual, a las 20:30 horas daba comienzo el espectáculo en una Joy Eslava llena. El concierto se celebraba coincidiendo  con la reedición del  40 aniversario de Barriobajero. Y  así, con ese temazo, empezaron más de dos horas de música, recuerdos y hermandad. A Barriobajero le siguió Putney Bridge, perteneciente a Arañando la  Ciudad, donde yo me emocioné sin remisión. No en vano es uno de los mejores temas del rock y de mis favoritos,  otra de esas historias urbanas y redondas que tan bien cuenta Ramoncín.


Video cedido por cortesía de Sabo

A estos dos temas con los que no se podía empezar con más fuerza, le siguieron durante esta noche mágica entre otros, por orden discográfico que no de interpretación: 
De Ramoncín y los WC? sonaron Marica de terciopelo y Rock and Roll duduá.  Del LP  que cumplía años, Barriobajero escogieron, Blues para un camello, ¡Hola muñeca! y Felisín el vacilón, tema con el que finalizó el concierto, de Arañando la ciudad además del segundo tema que cantó, también tocaron las míticas Reina de la Noche y Hormigón, mujeres y alcohol.
A este amplio y completo repaso a su discografía, no faltaron un par de temas de ¡Corta! como Bajando y Perdedor, tema que una persona que le ha visto en directo muchas veces me comentó allí que no lo escuchaba en directo desde mediados de los 80. De Ramón Cinco hicieron dos temazos como el brutal Al límite y la inolvidable La Chica de la puerta 16.
Uno de los momentos más emocionantes llegó con Como un susurro en la que Ramón bajó del escenario y cantó entre el público el tema completo y saludó a algunas personas; de La vida en el filo tocaron también ¡Déjame! y Cuerpos Calientes. Como no podía ser de otra manera sonaron La cita, Estamos desesperados y Ella es perversa del álbum Como el fuego, a cuyo LP pertenece la frase que ha dado título a este post.  Del último disco de estudio de los 80, Fe ciega sonó la potente Forjas y aceros.
Hubo también momento de recordar Miedo a soñar, tema que dio título al disco de estudio que sacó en el 98 y también para un tema de Cuando el diablo canta del 2011.
Sin duda un repaso extenso y muy acertado de las canciones y discos de toda su carrera,  probablemente me dejo algún tema sin nombrar… siempre se echa en falta alguna canción que para cada cual es imprescindible. Para mi faltó El chuli cantada al completo y de la que hizo una estrofa a capella, Ángel de cuero y Canciones desnudas pero sin lugar a duda es emocionante volver a ver a un tipo en directo como Ramón y sentir todas esas sensaciones que me ha trasmitido desde siempre y poder comprobar que el tiempo no borra lo que nos unió, ni lo hará nunca.

martes, 14 de mayo de 2019

TRYING SO HARD TO FORGET



A los olvidados, los sin nombre
olvidados de la buena suerte
A los que borraron el porvenir
intentando insistentemente olvidar.

A los olvidados en los versos
Olvidados en las canciones
olvidados en las calles
a aquel humo hecho cenizas.

A los olvidados, tan difíciles de olvidar
A la voz en la conciencia
a la falta de aliento
a los que se quedan y resisten
intentando insistentemente olvidar.