sábado, 1 de diciembre de 2012

THE BLACK KEYS: LA NOCHE QUE DESCUBRÍ QUE AKRON (OHIO) PODÍA ESTAR EN EL SUR


Miércoles 28 de Noviembre de 2012. Me levanto por la mañana temprano y sólo hay una cosa en la que puedo pensar: The Black Keys.
The Black Keys es un dueto norteamericano (Akron, Ohio) de rock/blues compuesto por Dan Auerbach (guitarrista y vocalista) y Patrick Carney (batería).
Comencé a escucharlos hará unos 5 meses gracias a un amigo que me los recomendó y ¡vaya recomendación! Escuché los primeros acordes de Lonely boy y lo único que pudo salir de mi boca fue: “Rock & Roll”.
Me puse una camiseta muy rockera para acompañar a la banda ( I´m with the band), bueno…es que nunca se sabe con quien puedes acabar la noche. Fui al concierto con un buen amigo que compró las entradas en el mes de julio, era una mala espera, demasiado tiempo, en ocasiones parecía que no transcurría lo suficientemente rápido, pero como todo en esta vida, el día llegó y mis nervios y expectativas con él.


A las 21:35 sale a escena el dúo con la batería y el micrófono colocados en paralelo y en primera plana, un buen detalle para darse cuenta de la importancia de los dos componentes por igual. Empiezan a sonar los primeros acordes de Howlin´ for you, muy apropiada para dar comienzo ya que las casi 18000 personas que ocupábamos esa noche el Palacio de los Deportes de la CM llevábamos un rato aullando la salida del dúo de Ohio y desde luego la actitud de Dan Auerbach no podía ser más rockera, con su camisa negra de flecos blancos y moviendo su guitarra como el que tiene oficio y le gusta lo que hace.



A esta primera pieza musical le siguieron otras tantas como Next Girl, Run Right Back y casi todos los temas de su último trabajo El Camino. Tocaron nueve o diez canciones seguidas en las que la bateria y la guitarra te hacían vibrar, todos con un ritmo de infarto hasta llegar a uno de los varios  momentazos de la noche para mi gusto; y no fue con otra canción que Little Back Submarines, no en vano es uno de mis cortes preferidos. Primero lentito y después caña a tope, como la esencia de los buenos discos de rock & roll, un tema lento, otro rápido.
Tras tocar otros cuantos temas más, se notaba que se acercaba el final, supongo que todos los presentes ya esperábamos Lonely Boy que no llegaba. Mi amigo dijo: “esa la tocan antes de los bises”; y así fue. Todo el público estuvimos ahí, cantando, vitoreando todas las canciones, pero con Lonely Boy la gente lo dio todo, la apoteosis a más de una hora de rock y blues de calidad.
Tras el pequeño descanso el dúo de Ohio volvió al escenario para hacer los bises. Dos bolas de luces habían bajado del techo y este fue el otro momentazo de la noche, la voz de Dan en falsete y un juego de pequeñas luces  para cantar Everlasting Light, todo el mundo en silencio, realmente precioso. 




Para cerrar hicieron I got mine, tema con el que se despidieron a lo grande, con su nombre THE BLACK KEYS en destellos dorados, como las estrellas que son.
Sólo le voy a poner un “pero” a todo el concierto, por decir algo, me hubiera gustado que se hubieran alargado un poquito más de la hora y media que estuvieron tocando, a veces no siempre se consigue lo que uno quiere.
Fue una noche espectacular y muy especial que bien podría haberse dado en uno de esos bares del Sur de USA en los que huele a bourbon y los tipos de la barra te miran por encima del hombro cuando entras por la puerta; pero tú no les haces caso porque sólo tienes vista y oído para la banda que está tocando al fondo y que suenan desgarradores, como la música que querrías escuchar cuando estés muerto porque eso es Rock & Roll en estado puro.
Cuando salí a la oscura frialdad de la noche sólo tenía dos cosas en mente: llegar a casa y escuchar de nuevo el cd que acababa de adquirir: El Camino

I wanted love, I needed love,
Most of all, most of all
Someone said true love was dead
And I'm bound to fall, bound to fall
For you
But what can I do?