Esta es la
historia de un concierto de Santiago y Luis Auserón, la he recordado porque fue
por estas fechas y porque no olvido tampoco el día que me levantaron mi vinilo
de Radio Futura “Tierra para Bailar”, y digo levantaron porque dormía
plácidamente mientras sustraían el susodicho disco.
Un concierto de Rock & Roll que no se
celebró
Era una tarde de
sábado de primeros de septiembre del año 2006. Había leído en el periódico que
tocaban los hermanos Auserón, era una gira con motivo de la salida de su último
trabajo “Las Malas Lenguas”; así que, nos pusimos los zapatos de gamuza azul y cogimos
el coche mi equipo de Rock & Roll (mis hermanos, mi ex) y yo para
dirigirnos a un pueblo de Madrid a disfrutar de una noche de rock en directo.
Al llegar nos
encontramos el primer problema, no era ese día, era la siguiente semana. Cometí
un error de fecha guiada por la locura de ver a estos dos artistas en directo, con ese savoir faire, para
poder escuchar y saborear esas letras tan musicales, tan bien acabadas.
Esa noche
errónea tomamos algo y nos marchamos de vuelta a casa con la idea de
volver la siguiente semana, yo no podía perdérmelo, esta es otra de esas
relaciones de amor musicales eternas que tengo (lo sabe David Bowie y mi mami
por supuesto que también) y las relaciones como todo en esta vida hay que
cuidarlas para que se mantengan lo más sanas posibles, ni que decir tengo cómo
y de qué manera cuido yo esta relación, escuchándolos sin parar una y otra vez.
Volvimos la
semana siguiente con algún añadido más al grupo de Rock & Roll, dispuestos
a comernos el mundo, a bailar y a cantar los temas del nuevo disco y con la
esperanza de que además tocaran alguno de sus viejos y emblemáticos temas. Lo
que yo no sabía es que toda esa emoción se volvería a truncar esa noche a causa
de la lluvia, el concierto se suspendió porque la verdad sea dicha, caían
chuzos de punta.
La noche dio de
sí lo suyo pero el amargor seguía ahí, no pudo ser lo de bailar con los
zapatos de gamuza azul en vivo y en directo que era lo que yo más deseaba en
aquel momento, pudo ser una jugada del destino, no lo sé, pero fue una putada,
eso seguro.
Un vinilo sustraído con premeditación y
alevosía
Ya sabéis eso que
dicen que donde hay confianza da asco, sobre todo si nos referimos a la
familia. Hace ya unos cuantos años, de esto no recuerdo la fecha exacta -esto
es raro en mí- pero al final el paso del tiempo te vuelve mayor además de inexacto. Siempre he tenido la manía de cuidar mis libros y mis discos, no me ha
importado prestarlos aún cuando por ello he perdido algunos en el camino, no
hace mucho me han recomendado hacer una lista negra de préstamos, pero como
sigo creyendo que las personas son buenas por naturaleza nunca me he decidido a
hacerla.
En este caso en
concreto no se trató de un préstamo, si no de una extracción con premeditación
y alevosía por parte de un familiar que pasaba unos días en casa. Aprovechó la
tranquila hora de primera hora de la mañana mientras yo dormía y la inocencia
de mi madre para sustraer el material musical que mejor le pareció, entre otros
discos se llevó una de mis joyas, Tierra para Bailar de Radio Futura, un LP que
conservaba desde el año 92 como oro en paño, con unas mezclas acojonantes y la
mejor versión, para mi gusto de Semilla Negra, uno de mis temas favoritos
aunque he de reconocer que es tan difícil escoger entre todos ellos que
cualquier otro día podría hablaros de otra canción que por una razón u otra
tengo grabada en la memoria.
A día de hoy
sigo sin tener ese vinilo y no me he vuelto a comprar el disco en otro
formato porque todavía tengo la tonta esperanza de recuperarlo algún día.
Seguiré
persiguiendo una luz cegadora por la línea del tiempo y os dejo porque yo te
quiero, yo te amo y me muero, desespero … y es que siempre hubo y habrá una
Tierra para Bailar.