miércoles, 23 de noviembre de 2016

HAY HOMBRES

Hay hombres
que no te cuentan sus ruinas,
sólo para intentar darte pena.

Hay hombres
que sin nombrarte
te escriben poemas apasionantes.

Hay hombres
que al mirarte te quitan la ropa
sin ni siquiera tocarte.

Hay hombres
que si te besan suave en una noche cualquiera,
sabes que vas a perder la cabeza,
esa y todas noches que vengan.


Hay hombres
que personalizando cada palabra
te ponen el mundo bajo los pies.

Hay hombres
que dejan el deseo, latente,
cuando te rozan la boca.

Hay hombres
por los que puedes esperar eternidades
sólo para tenerlos entre tus piernas.

Hay hombres.

domingo, 20 de noviembre de 2016

NENA, TÚ NACISTE PARA PERDER

Joder, nena, tú naciste para perder.
¿Nunca se atrevió nadie a decírtelo?
Sé que no,
veo ya lágrimas en tus ojos tristes,
están a punto de estallar,
gritan en silencio lo que tú callas.

¿Oyes esa canción, nena?
Es una canción con final feliz
y no suena para ti.
Puedes seguir moviendo las caderas,
pero tus ojos siempre lo han sabido
Joder, nena, tú naciste para perder.

 
¿Todavía no te has dado cuenta?
Dejaste caer la medias
en el momento inadecuado.
El pasado todavía te duele
y el sentimiento no desaparece.
Joder, nena, tú naciste para perder.

No llores más, nena,
¡Olvídate!
No eres un imposible, sigues ahí,
con el orgullo tocado
pero aún brillas bajo las estrellas.
Joder, nena, tú naciste para perder.


viernes, 18 de noviembre de 2016

DÉJAME DECIRTE



Déjame decirte
que aquel tiempo no va a volver.
Igual que pasó el verano, pasará el otoño.
Las hojas siguen cayendo
y yo te quiero a mi lado.

Sigo dando vueltas, rodeándote.
El aire ya no me sabe a ti,
no me rozan tus miradas.
Ya no me traen las olas tus labios
pero aquí estoy, balanceándome.

Déjame decirte
que aquel tiempo no va a volver.
Igual que pasó el verano, pasará el otoño.
Las hojas siguen cayendo
y yo te quiero a mi lado.

Dame un buen final,
donde las piedras nos hablen 
y nos calienten los cuerpos.
Que entrelacemos los dedos
y nos tropecemos a besos.

Déjame decirte
que aquel tiempo no va a volver.
Igual que pasó el verano, pasará el otoño.
Las hojas siguen cayendo
y yo te quiero a mi lado.

Me da miedo que todo esté perdido,
que el deseo salga por la puerta
y que lo haga sin mirar atrás.
Será tiempo perdido, tiempo sin amar,
un mundo roto por la decadencia.

Déjame decirte…


martes, 15 de noviembre de 2016

TRIANA, UNA HISTORIA



Durante bastante tiempo he estado pensando en escribir sobre la banda de rock andaluz Triana; de hecho este verano hice un pequeño relato basado en una de sus canciones, pero seguía teniendo en la cabeza el recuerdo nítido de aquella tarde en la que creo, fue la primera vez que los escuché.
Hace unos días  comenté esta historia con un amigo y de que había pensado en escribirla pero no terminaba de decidirme. Esta historia, este recuerdo, tenía que estar aquí por lo vivido, lo sentido y porque estas pequeñas historias son la esencia de lo que me gusta escribir aquí, de cómo soy, cómo percibo y cómo siento.



Durante unas vacaciones de verano del año 88 u 89 que pasábamos en el pueblo; me fui con mi hermano mayor al pueblo de al lado a pasar la tarde en la piscina con un grupo de personas con lsas que había quedado allí. Íbamos a ir con el coche de mi padre pero por algún motivo no se lo prestó. Recuerdo cómo me cogió de la mano y me dijo: ¡nos vamos! Ese día supe lo que era hacer autostop, nunca lo he vuelto a hacer desde aquel día aunque no fui yo exactamente quien lo hizo, sólo tenía 10 años, pero no me olvido. Nos llevó alguien de nuestro pueblo en una C15 blanca o similar. Echamos la tarde en aquella calurosa tarde en la piscina, jugué con algunos niños y anduve de un lado a otro sin parar quieta con mi hermano, sus amigos y mi prima L. que en aquel momento estaba escayolada de una pierna entera.
Tengo un maravilloso recuerdo de aquella tarde que además tuvo un final espléndido para mis oídos, para mi corazón y para esta memoria algo desgastada ya. Volvimos en el coche de uno de los amigos de mi hermano, íbamos al menos seis personas y yo en las piernas de alguien. Antes estas cosas se hacían con total normalidad, hoy parece una aberración, nos hemos vuelto un poquito gilipollas en general con la sobreprotección, yo viajé así, estoy viva y sin traumas pero bueno…volvamos a lo que nos ocupa. El coche a tope de personal, ventanillas abiertas porque del aire acondicionado no habíamos ni oído hablar de él, un calor asfixiante en pleno verano en la Mancha, mi prima L. entre los ocupantes del coche que como he comentado antes tenía escayolada la pierna entera, iba de copiloto con la pierna por fuera de la ventanilla, yo feliz y riendo y la música sonando a tope. Pregunté cómo se llamaba el grupo porque sin verme sé que me brillaban los ojos, igual que me brillan terminando de escribir esta pequeña historia. “Triana, me dijeron, se llaman Triana” y sonaban así:



Este es el primer recuerdo que tengo de haber escuchado a este genial grupo, hace ya casi treinta años pero parece que fue ayer. Abre la puerta fue la canción con la que les conocí. No sé muy bien si les había escuchado ya antes de ese día porque puedo verme aún hoy, en aquel coche, cantando la canción mientras sonaban pero  puede que fuera el estribillo por acabar de escucharlo. Me emocionaron aquella tarde de verano y hoy me emocionan exactamente igual o más. El Patio es un disco perfecto, poesía en el aire, poesía del pensamiento puro y del sentimiento más profundo que se pueda llegar a respirar.

domingo, 13 de noviembre de 2016

SO LONG, LEONARD



Cuatro días atrás, en un luminoso día como lo ha sido este, pude ver el cielo tornándose en una oscuridad casi absoluta. Cohen, el poeta, el escritor, el músico nos había dejado.
Nunca he sido una gran fan del cantautor canadiense, si contara otra cosa estaría mintiendo, pero siempre me ha gustado y Cohen entre otras muchas cosas era verdad. Reconozco incluso, que nunca he podido escucharle mucho más de una hora seguida por miedo a salir corriendo al baño, coger la cuchilla y terminar cortando largo y profundo. Cohen podía llegar a romperte. Tenía ese punto, difícil de equilibrar. Pese a esto, cada vez que le he escuchado he logrado entrar en otro universo y dejarme llevar, cigarrillo en mano, a esa verdad, cruda, apasionada, sexual. Da igual si cantaba o recitaba porque a través de la profundidad de su voz, de su poesía, yo bailaba con él hasta el final del amor, hasta la última nota.

Foto cortesía de Laura MHPhoto

Puedo nombrar muchas de sus canciones, So long, Marianne, Bird on wire, Suzanne, Famous Blue raincoat, I´m your Man, First we take Manhattan, The Last Waltz, Sisters of Mercy, Halleluyah, Waiting for a miracle, Chelsea Hotel, Dance me to the end of love, If it be your will y muchas más pero debo quedarme con una canción a la que le puse etiqueta de canción perfecta desde el primer momento que la escuché: A Thousand Kisses Deep   


Gracias por la elegancia infinita, Leonard.