Miércoles 28 de
Noviembre de 2012. Me levanto por la mañana temprano y sólo hay una cosa en la
que puedo pensar: The Black Keys.
The Black Keys
es un dueto norteamericano (Akron, Ohio) de rock/blues compuesto por Dan
Auerbach (guitarrista y vocalista) y Patrick Carney (batería).
Comencé a
escucharlos hará unos 5 meses gracias a un amigo que me los recomendó y ¡vaya
recomendación! Escuché los primeros acordes de Lonely boy y lo único que pudo salir de mi boca fue: “Rock &
Roll”.
Me puse una
camiseta muy rockera para acompañar a la banda ( I´m with the band), bueno…es
que nunca se sabe con quien puedes acabar la noche. Fui al concierto con un buen
amigo que compró las entradas en el mes de julio, era una mala espera,
demasiado tiempo, en ocasiones parecía que no transcurría lo suficientemente
rápido, pero como todo en esta vida, el día llegó y mis nervios y expectativas
con él.
A las 21:35 sale
a escena el dúo con la batería y el micrófono colocados en paralelo y en
primera plana, un buen detalle para darse cuenta de la importancia de los dos
componentes por igual. Empiezan a sonar los primeros acordes de Howlin´ for you, muy apropiada para
dar comienzo ya que las casi 18000 personas que ocupábamos esa noche el Palacio
de los Deportes de la CM llevábamos un rato aullando la salida del dúo de Ohio
y desde luego la actitud de Dan Auerbach no podía ser más rockera, con su
camisa negra de flecos blancos y moviendo su guitarra como el que tiene oficio
y le gusta lo que hace.
A esta primera
pieza musical le siguieron otras tantas como Next Girl, Run Right Back
y casi todos los temas de su último trabajo El
Camino. Tocaron nueve o diez canciones seguidas en las que la bateria y la
guitarra te hacían vibrar, todos con un ritmo de infarto hasta llegar a uno de
los varios momentazos de la noche para
mi gusto; y no fue con otra canción que Little
Back Submarines, no en vano es uno de mis cortes preferidos. Primero lentito
y después caña a tope, como la esencia de los buenos discos de rock & roll,
un tema lento, otro rápido.
Tras tocar otros
cuantos temas más, se notaba que se acercaba el final, supongo que todos los presentes
ya esperábamos Lonely Boy que no
llegaba. Mi amigo dijo: “esa la tocan antes de los bises”; y así fue. Todo el
público estuvimos ahí, cantando, vitoreando todas las canciones, pero con Lonely Boy la gente lo dio todo, la
apoteosis a más de una hora de rock y blues de calidad.
Tras el pequeño descanso
el dúo de Ohio volvió al escenario para hacer los bises. Dos bolas de luces
habían bajado del techo y este fue el otro momentazo de la noche, la voz de Dan
en falsete y un juego de pequeñas luces para cantar Everlasting Light, todo el mundo en
silencio, realmente precioso.
Para cerrar hicieron I got mine, tema con el que se despidieron a lo grande, con su nombre THE BLACK KEYS en destellos dorados, como las estrellas que son.
Sólo le voy a poner un “pero” a todo el concierto, por decir algo, me hubiera gustado que se hubieran alargado un poquito más de la hora y media que estuvieron tocando, a veces no siempre se consigue lo que uno quiere.
Fue una noche
espectacular y muy especial que bien podría haberse dado en uno de esos bares
del Sur de USA en los que huele a bourbon y los tipos de la barra te miran por
encima del hombro cuando entras por la puerta; pero tú no les haces caso porque sólo tienes
vista y oído para la banda que está tocando al fondo y que suenan
desgarradores, como la música que querrías escuchar cuando estés muerto porque
eso es Rock & Roll en estado puro.
Cuando salí a la
oscura frialdad de la noche sólo tenía dos cosas en mente: llegar a casa y
escuchar de nuevo el cd que acababa de adquirir: El Camino
I wanted love, I needed love,
Most of all, most of all
Someone said true love was dead
And I'm bound to fall, bound to fall
For you
But what can I do?
Most of all, most of all
Someone said true love was dead
And I'm bound to fall, bound to fall
For you
But what can I do?