Me desperté y abrí un
poco los ojos, me revolví en la cama e instantáneamente supe que echaba algo de
menos. Pablo. No estaba en la cama.
Me hice la remolona en
la cama un poco más. Un aroma a café recién hecho inundó mi habitación y con él
unas ganas tremendas de probar ese café que olía tan maravillosamente bien que hasta se
me quitó la pereza para levantarme.
Pablo estaba sentado de
medio lado en el sofá con una taza de café en la mano. Estaba
impresionantemente guapo. La luz que entraba por la ventana le aclaraba el
pelo, en realidad no era tan moreno como me pareció el primer día que le
conocí. A veces la luz y la perspectiva lo cambiaban todo. Y el amor, eso era
lo que no tenía fin.
Pablo dejó la taza sobre
la mesa y me miró tan profundamente que sentí pararse mi corazón como si una
mano lo agarrara, aprisionándolo, estrujándolo, dejándolo sin vida...
respiré... una vez... dos...BOOM! Y mi corazón bombeó con fuerza.
-Nena ¿estás bien?—me
consoló acogiéndome la cara con las dos manos- ¿Sonia? Me estás asustando ¿Honey Bunny? Puedo oír los latidos de tu
corazón desde aquí. ¡Dime algo!
La mirada perdida volvió
hasta sus ojos, en realidad nunca los había abandonado.
-Estoy bien, estoy bien. De verdad. No...no
sé qué me ha pasado.
Pablo me llevó hasta el
sillón y nos sentamos a la vez, despacio. Estaba un poco pálido y con gesto de
preocupación.
-¿Te había pasado antes?
-No pasa nada Pablo en
serio, ya estoy bien. Ha sido sólo un susto, a lo mejor me he levantado demasiado
rápido de la cama.
El vértigo no te atrapa
el corazón. Es el miedo y el amor lo que se adueña de él y a su vez lo que te
hace volver a la vida.
-Pues me has dado un
susto de muerte te has quedado como inerte y blanca- Pablo volvió a
inspeccionarme y me besó.- ¡Joder no me vuelvas a hacer algo así!
-Nunca me había pasado, pero estoy bien.
-Sonia. Voy a decirte una cosa que hace
mucho tiempo que no digo.
-Dime. ¿Qué cosa?- le susurré al oído
-I love
you
Le miré. Frente a frente. Sin nada que
ocultar. Lo decía de verdad, sus ojos no me podían mirar con más sinceridad.
Creo que nadie me había mirado nunca así, ni yo había amado nunca de esta
manera. No me lo esperaba.
-J´taime
mauvais garçon
-Vale, me has pillado. Te lo diré una vez
más, en español. Te quiero, nena.
-Yo también te quiero chico malo.
-Si vuelves a decirme
algo más en francés pienso hacerte el amor aquí mismo porque me pones muy, pero
que muy…. eres mi mejor droga. Me estás matando.- Rió
La idea de hacer el amor
con él me hizo sentir tan viva que aproveché el momento para cantar Les mauvais Garçons de Johnny Hallyday,
en cuanto me escuchó cantar sus manos cayeron sobre mí, besamos todos y cada uno de los rincones de nuestros cuerpos hasta hacernos uno. Una coreografía
de amor perfecta.