martes, 7 de noviembre de 2017

CHELSEA HOTEL



Llegué al Chelsea y me apresuré a entrar en aquel ascensor, probablemente me estabas esperando, lo tenías todo preparado. Los hombres feos se adelantan a todo, siempre. Tú no eras Chris ni yo B.B pero aquella noche salimos juntos de aquel ascensor.
Me serviste un Southern Comfort y te dejaste caer sobre la cama. Yo bebía y me arreglaba frente al espejo.
Estabas tirado en la cama, observándome y sonriendo mientras avanzaba hacia ti, como sólo tú sabías sonreír, Leonard. Tú sabías cómo iba a terminar ese paseo, lo supiste desde que clavaste tus ojos en mi en aquel ascensor, lo sabías todo; que escribirías esta jodida canción, que acabaríamos en esta habitación… me recogí  el pelo mientras me ponía de rodillas frente a ti.  Me postré ante ti sin miedo y sin un ápice de sumisión porque entre Dioses sabemos reconocernos.  Se abrió la grieta y toda la luz que nos habitaba inundó la habitación de aquel hotel.
No te dije adiós al salir por la puerta, aún pienso en eso. El pasillo estaba oscuro y el último Mercedes Benz me esperaba en la puerta del Chelsea Hotel. 


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