Juan M. López
Agradezco
a mi apreciada Tina la oportunidad que me brinda de escribir en el décimo aniversario
de su blog. Llevo desde mi más temprana infancia oyendo, investigando y amando (casi)
todo tipo de música. Primero de las cintas de casete grabadas por mi padre en
sus tiempos como emigrante en el extranjero. Más tarde como profesional en una
potente y tristemente desaparecida cadena de tiendas de discos, y permanentemente
como incansable buscador y amante de causas perdidas y artistas con suerte
dispar, tanto en su recorrido en el negocio discográfico como en su repercusión
para medios y público en general.
Algunos
de los músicos y bandas de los que me dispongo a hablaros son considerados
estrellas en sus propios países o reverenciados como artistas de culto. Otros
simplemente han tenido una carrera corta que por diferentes motivos no les han
permitido alcanzar el status de éxito que, a mi juicio, merecerían. A algunos
ya los conoceréis y eso dirá mucho de vuestro buen gusto. A los que no, os
brindo humildemente la oportunidad de que indaguéis en su obra.
Comenzamos:
#1
Gil Scott-Heron.
Mientras
las emisoras norteamericanas se llenaban de música funk y soul en los años 60 y 70,
Gil Scott-Heron (1949-2011) ponía silenciosamente las bases para la aparición
del rap con sus actuaciones de spoken word, acompañado tan sólo por un
percusionista y una brillante poesía reivindicativa de la justicia social y los
derechos civiles ("The revolution will not be televised", "Whitey on the moon"...).
Poco más tarde, junto al pianista Brian Jackson y su banda, su voz poderosa y
profunda y sus letras críticas y aceradas se sumergirán en las aguas del jazz y
el soul, creando algunas de las obras más estimulantes e igualmente críticas y
reivindicativas de la música negra de finales del siglo XX. Su primer álbum con
banda, titulado "Pieces of a man" (1971), es ya un brillante compendio
de hacia dónde dirigirá sus pasos en adelante.
Enfermo
de SIDA debido a una época de adicción a las drogas, fallecía en Nueva York en
2011 a los 62 años, habiendo dejado ya un rosario compuesto de 20 buenos
álbumes plagados de temas que hoy son clásicos, como "The bridge",
"Winter in America", o el ya citado "Pieces of a man", amén
de un par de novelas y un poemario. Y para quien quiera saber más en detalle
acerca de su vida, Libros del Kultrum tiene editada en nuestro país su
autobiografía, titulada "Con las horas cantadas".
* Gil
Scott-Heron, "A sign of the ages".
#2
Johnny Hartmann.
Don
John Maurice Hartmann (1923-1983) tuvo la desgracia de grabar uno de los
mejores álbumes de baladas de su carrera ("John Coltrane & Johnny
Hartmann", 1963) junto al inmortal Coltrane y su cuarteto estrella, ese
formado junto a McCoy Tyner al piano, Jimmy Garrison al contrabajo y Elvin
Jones a la batería (la misma formación que registrarían en esa época sin
parangón de finales de los 60's los soberbios álbumes "Crescent" o
"A love supreme"). Y fue una desgracia porque, salvo con sus discos
"I just dropped by to say hello" y "The voice that is",
ambos firmados también para el sello Impulse, el bueno de Hartmann a duras
penas volvería a alcanzar las cotas alcanzadas en estas tres ocasiones en sus
grabaciones posteriores.
Baladista
de voz varonil y aterciopelada y con una dicción envidiable, Hartmann comenzó
su carrera acompañando a Earl Hines, Dizzy Gillespie y Errol Garner. Tras su
paso por Impulse y otros sellos de menor entidad, y debido a la orientación del
público americano hacia estilos más modernos, su carrera discográfica se tornó
irregular, continuando su periplo musical en otros países como Japón o
Australia, y en pequeños salones de ciudades como Nueva York o Chicago, lo que
no le privó, a pesar de todo, de ser nominado a los premios Grammy como mejor
cantante de jazz en 1981. La selección de varios de sus temas para la banda
sonora de "Los puentes de Madison" (1995) por parte de Clint Eastwood
(como sabéis, un gran amante del jazz) nos lo rescató del olvido, esperemos que
para siempre.
* Johnny
Hartmann, "Charade".
#3
Van Der Graaf Generator.
Por
lo general, cuando hablamos de la edad de oro del rock sinfónico y/o progresivo
nuestra mente se dirige hacia bandas de sobra conocidas y muy populares entre
nosotros, como puedan ser Yes, Genesis, Emerson, Lake & Palmer, Camel o
King Crimson. Los patitos feos de esta historia podrían ser Soft Machine, los
inquietos Can, o los que en este caso nos ocupan, los británicos Van Der Graaf
Generator, banda venerada por los melómanos de pro.
Formados
en Manchester allá por 1967, toman su nombre de un aparato generador de
electricidad estática, con errata ortográfica incluida. El núcleo duro de la
banda, que sufrirá frecuentes cambios, será el formado por Peter Hammill (voz,
guitarra) junto a Hugh Banton (teclados, bajo, coros), David Jackson (saxos,
flauta) y Guy Evans (batería y percusión). La banda se mantiene en activo hasta
hoy, con algunos paréntesis amistosos de varios años en los que Hammill ha
desarrollado su carrera en solitario (¡¡acompañado por sus propios compañeros
de Van Der Graaf!!). Su segundo LP, "The Least We Can
Do Is Wave To Each Other" (1970) dejará atrás los tintes sicodélicos de
"The aerosol grey machine" (1969) y es una joya del género que
marcará su trayectoria posterior. Su
sonido, arquetípico en este tipo de formaciones (influencias del jazz y el
blues, composiciones largas y enrevesadas, temáticas conceptuales...) toma un
giro más oscuro y experimental a partir de su tercer álbum, titulado "H to He,
Who Am the Only One" (también de 1970).
Hasta el momento dejan trece discos de estudio y dos directos, además de
algunas recopilaciones. Anuncian nuevo álbum y actuaciones
en 2022.
* Van
Der Graaf Generator, "Darkness".
#4
John Campbell.
John
Campbell era un fenómeno de la naturaleza destinado a marcar un antes y un
después en la música blues. Bautizado como John Allen
Campbell (Shreveport, Louisiana, 1952-1993) tuvo unos inicios musicales sin demasiada
fortuna, tanto en solitario como con su banda "Junction" (1973) en
los alrededores de Texas, zona donde malvivía profesionalmente. Disuelta su
banda algunos más tarde, y tras girar por Texas y su Luisiana natal
mayormente, decide trasladarse a Nueva York en 1985 integrándose en la escena del
blues de la ciudad. Tras realizar algunas grabaciones con poca repercusión en
sellos menores, firma con Elektra y graba sus dos discos más notables, dos apabullantes álbumes titulados "One
Believer" (1991) y "Howlin
Mercy" (1993), que a la postre supondrán su testamento musical justo cuando
su nombre empezaba a alcanzar notoriedad.
El amable Campbell estaba dotado
de una tremenda y singular técnica con el slide y de una presencia en el
escenario que podríamos calificar como inquietante por su rictus hierático que
contrastaba con la tormenta de decibelios desplegada junto a su banda. A
diferencia de la gran mayoría de bluesmen, Campbell no usaba guitarras eléctricas
y solía tocar acompañado de una guitarra acústica Gibson con resonador, o bien de una
steel guitar construida en 1934 por la firma National. Poseía,
asimismo, una voz poderosa y oscura que hacía suyas las versiones que interpretaba
("When the levee breaks", "Way down in the hole"...). Afectado
por problemas de salud habituales, motivados por un grave accidente de coche sufrido
en su infancia, un infarto se lo lleva a la tumba privándonos de su arte a los
41 años de edad.
* John Campbell, "When the levee breaks".
#5 Live Skull.
Live Skull nacen en la ciudad de New York en 1982,
con los guitarristas Tom Payne y Mark C. como miembros principales de la banda.
Junto a Swans, Sonic Youth, Suicide o Lydia Lunch integran el movimiento
No-Wave y Noise de la ciudad. Graban un EP y dos discos de larga duración para
el sello indie Homestead, en los que las guitarras adoptan un papel
predominante sobre la voz. La llegada a la banda de Thalia Zedek en 1987 pondrá
la voz en un papel más preponderante y permitirá a ambos guitarristas centrarse
más en la construcción de melodías, llegando de paso a un público más “amplio”,
dentro de la amplitud del éxito que pueda tener una banda considerada de culto.
Tras firmar por el sello Caroline, lanzan en 1988 el
EP “Snuffer” y un año más tarde el soberbio álbum “Positraction”, su trabajo
más “asequible” (sí, de nuevo entre comillas) hasta la fecha. En el disco se
aprecia la capacidad de Payne y C. para tejer punzantes y abrasivas, pero sin
embargo oscuras y bellas melodías de
guitarras que por momentos parecen dialogar entre sí, acompañadas por la
arenosa y pasional voz de Zedek y por una sólida sección rítmica a cargo de Richard Hutchins y Zonda Andersson. Todo ello conforma un sonido enérgico y lleno
de aristas, pero con un decidido carácter arty. La falta de éxito
comercial los llevará a disolverse en 1990.
Treinta años después, en el
verano de 2019, Marc C. y Richard Hutchins anuncian el resurgimiento de la
banda con un nuevo álbum bajo el brazo que lleva por título “Saturday night
massacre”, con apariciones estelares de Thalia Zedek y Marnie Jaffe. Un año más
tarde vuelven a publicar disco ("Dangerous visions", 2020), esta vez
mezclando canciones nuevas con material inédito de los años 80´s. Siempre es un
buen momento para darles una oportunidad...
* Live Skull, "Riches house".
#6 Marlene Kuntz.
Siempre me he preguntado por qué apenas llegan a
nuestro país bandas europeas que gozaron o gozan de bastante éxito y reputación
en sus países de origen. Pareciese que el privilegio de invadirnos musicalmente
sólo perteneciera a los músicos británicos y americanos.
En relación a esto, hoy quiero hablaros de Marlene
Kuntz, banda italiana nacida en Cuneo allá por 1990. Su núcleo duro es el
formado por Riccardo Tessio (guitarra), Luca Bergia (batería) y Cristiano
Godano (guitarra, voz y textos). Cubiertos bajo el omnipresente influjo noise
de Sonic Youth, su obra va ganando con el tiempo en matices poéticos en sus
letras y delicados y barrocos arreglos en su música, algo que sus fans
más recalcitrantes llegaron a echarles en cara, a lo que ellos respondían que
evolucionar era síntoma de estar vivos como banda. A pesar de todo nunca han
llegado a perder la intensidad eléctrica que caracteriza a su sonido. Prueba de
ello son sus últimos trabajos “Nella tua luce” y “Lunga atessa”,
inflamados por igual de luces y oscuridad.
En su amplia discografía, en la que encontramos un alto nivel compositivo
permanente en el tiempo, se hallan colaboraciones con talentos como Paolo
Conte, Warren Ellis, Skin o Howie B.
Su último trabajo hasta el momento data de 2020,
tratándose de un álbum en solitario de Cristiano Godano titulado “ Mi ero perso
il cuore”, de marcado carácter intimista. Durante 2021 han actuado en Italia y
diversos países de Europa en la gira Post-Pandemic Tour (una vez más sin pisar
nuestro país).
# Marlene Kuntz, "Seduzione".
#7 Richmond
Fontaine.
Richmond Fontaine es el vehículo a través del cual
cobran vida los textos de Willy Vlautyn. Vlautyn, a quien el diario The
Independent llegó a calificar como el Dylan de los marginados, ha
publicado ya seis novelas y también suele realizar espectáculos de spoken
word con sus escritos. En sus canciones suele hablar de historias crudas y
descarnadas, de gente embarcada en su propio naufragio, de rupturas y pérdidas.
Crónicas de lo que en los USA llaman White Trash, esa clase obrera
blanca y pobre de solemnidad, que sobrevive sin apenas trabajo, dinero ni
esperanzas. Activos desde 1994 hasta 2016, Richmond Fontaine comenzaron
practicando una simbiosis entre punk y americana, con el resultado de tres
discos de los que el propio Vlautyn mostraría cierta insatisfacción
posteriormente, aunque para mi gusto, en ellos hay escondidas canciones que son
verdaderas joyas country, como “Hope and repair”, “Contrails ”, “Four hours
out”, “Cascade”, o la
enérgica “White line fever”.
Asentados posteriormente en el country rock
alternativo (se les llegó a comparar con Uncle Tupelo) produjeron ocho discos
de estudio más, siendo obras excepcionales los titulados “Post to wire”, “The
Fitzgerald” y “Thirteen cities”. Con el tiempo su sonido se ha ido relajando, aunque sigue resultando igual de
estremecedor, hasta llegar al titulado “You Can't Go Back If There's Nothing To Go Back To”, de 2016. “No puedes volver
si no hay nada a lo que volver”, un titulo que resume a la perfección el
espíritu de sus letras, pues es complicado recuperar algo cuando se han quemado
todos los puentes, ¿verdad, amigos? En 2017 volvieron a reunirse para grabar “Don’t Skip Out On Me”, álbum
instrumental que pretende servir de banda sonora a la ultima novela del mismo
título publicada por Vlautyn. Paralelamente estos últimos años, Vlautyn y
algunos miembros de The Minus 5 y The Decemberists han publicado un par de
discos bajo el nombre de The Delines, con Amy Boone de The Damnations a la voz.
#Richmond Fontaine
"Polaroid".
#8 Giardini di
Mirò.
Giardini
di Mirò es una frase que suele aparecer, a modo de cameo, en las películas del
director de cine Michelangelo Antonioni. También es el nombre de nuestra
segunda banda italiana en este compendio musical. Formados en 1995 por Corrado
Nuccini y Giuseppe Camuncoli, mientras ambos (originarios de Reggio Emilia)
cursaban estudios en la universidad de Bolonia.
La
banda sumó integrantes hasta alcanzar el número de seis, entre los que ya no se
encuentra Camuncoli. Su música es una atractiva y a veces muy emotiva combinación
de diversos elementos (post rock, psicodelia, shoegaze, dream pop, post punk,
metales, electrónica...) que ha dado su fruto en forma de 10 álbumes, algunos
de ellos instrumentales, bastante coherentes a nivel cualitativo. Completa su
discografía una larga sarta de EP´s y singles, remixes, una banda sonora y un
par de recopilatorios. Suelen girar por toda Europa y hay leyendas que dicen
que alguna vez tocaron incluso en algún festival del norte de España. De nuevo,
poco bagaje en nuestro país para una banda que mereceríamos ver más por aquí.
Para compensarlo os dejo un par de temas suyos en vídeo, la deliciosa "Dividing opinions"
y la sugerente "Flat
heart society", tema este que
representa a la perfección el grueso de su sonido. Una formazione da non
perdere!!!
#9
Earl Greyhound
Si
eres aficionada o aficionado al rock, seguro que disfrutas con alguno de esos intensos
tríos de blues rock y hard rock que han formado parte de la historia desde los
años setenta del siglo pasado hasta nuestros días. No creo que haga falta
mencionar nombres. Seguro que se te vienen a la cabeza más de una formación
capaz de desatar una tormenta tan sólo con guitarra, bajo y batería.
Earl
Greyhound es uno de estos tríos a los que hago referencia. De nuevo con una trayectoria
casi efímera, se forman en Brooklyn allá por 2003, dándose un descanso en 2012
del que aún no han salido, a pesar de no haber anunciado nunca su disolución
como banda. En su trayectoria artística se cuentan varios EP.s y singles y un
par de discos de estudio la mar de recomendables, "Soft Targets" de
2006 (que abre con este cañonazo) y "Suspicious package", que contiene
perlas como ésta o ésta, de 2010, así como un directo titulado "I'm
in Jupiter waving my arms at you" como colofón a su obra, lanzado en
2010.
Como
os comentaba, una potente e interesante formación de trio integrada por Matt
Whyte a la guitarra, Kamara Thomas al bajo y Ricc Sheridan a la batería. Si
bien de Sheridan no se sabe nada nuevo a nivel artístico, tanto Kamara Thomas como Matt Whyte siguen
en activo. La primera dedicada a proyectos teatrales alternativos y al frente
de la banda The Ghost Gamblers, con
quienes transita caminos más cercanos al country, mientras Whyte se ha dedicado
a componer e interpretar desde techno a bossanova y ha publicado un disco bajo
el seudónimo de Rupe Shearns titulado "To a deer outside Ithaca". A
ambos los podéis encontrar en las plataformas musicales habituales.
#10
Neko Case
Termino
este breve compendio musical con una de mis artistas favoritas. Y para terminar
he decidido obviar los detalles referentes a fechas, lugares y circunstancias
que jalonan su carrera. Prefiero que sea su música quien os hable de ella y que
ustedes mismos busquéis más datos de ella si os llama la atención. Comentaros,
eso sí, que esta estimulante interprete de country alternativo, con un marcado espíritu
punk en lo personal, no es desconocida ni tiene una carrera breve. Al
contrario, desde sus inicios ha tenido éxito gracias a unos discos soberbios, tanto
con su banda como en otras colaboraciones, junto al colectivo The New
Pornographers, etc.
Personalmente
estoy enamorado de su voz y de la intensidad que de una manera o de otra
impregnan su obra, junto a una banda que funciona como un reloj suizo, tanto en
estudio como en directo. Si me preguntáis,
por último, con qué discos introduciros en su música, aconsejaría los fantásticos
"Blacklisted", "Fox confessor bring the flood"
o "Middle
cyclone".
Y
esto ha sido todo, amigos. Espero de corazón que disfrutéis de esta pequeña y
humilde selección musical que os he ido desgranando. Para cualquier consulta o
comentario que se os ocurra podéis encontrarme en Twitter como @juanele1917.