Hay personas que llevan toda la vida en tu vida, y otras a
las que cada día descubres.
Siempre hay alguien nuevo que merece la pena.
Algunas son pura armonía, que no por mucho repetirse dejan
de oírse bellas,
que resuenan en tu cabeza después de haberse ido,
y las que son solo ruido.
Personajes que te seducen con su frivolidad cuando estás
cansado de tanto pensar,
insustanciales pero que transmiten alegría,
que te marcan el ritmo y te invitan a bailar.
Personas para estar con mas gente, y personas para perderte
a solas con ellos.
También los hay que aburren, que espantan, que no tienen
virtud...
Personas que te recuerdan lo que ya sabes y a veces olvidas.
Los que contagian la rabia, los que inspiran la esperanza,
los que son todo melancolía hasta hacerte reír de pena
y los que te desgarran el llanto por las realidades o por
las fantasías.
Hay personas que te relajan, y las hay que te excitan,
que te traen la calma o que te hacen renacer.
Los hay que son lo que en ese momento necesitas.
Personas que te hacen vivir lo que nunca serás,
personas llenas de todos los amores, el ridículo, el
costumbrista, el agrio, el verdadero imaginario...
y personas que crees que existen para ti.
Hay personas que son... música.
Elegir una canción tampoco era fácil, porque con Tina siempre nos movemos en el amplio espectro que supone la música. A mí particularmente me apetecía una canción sentimental cantada con una voz suave pero desgarrada, como la propia historia que cuenta. También habría valido un himno rockero que hiciese gala de la insustancialidad y las ganas de vivir. Luego me dije "¡que coño, la ocasión lo merece, mejor una DE CADA!
Muchas gracias, Lechuguita por volver a repetir en esta casa, por ser tan persona, de esas que me gustan a mí y sobre todo por estar a pesar del paso del tiempo. Un abrazaco!
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