Escribía con faltas de ortografía.
Era adicto a la heroína.
Rendía pleitesía al coño de Courtney.
Estaba vacío por dentro.
De ahí que escribiera aquella frase: me
odio y quiero morir.
Se manchó las manos, el pelo, el pecho,
el rostro, el cuerpo entero con el blues antiguo y canalla de Leadbelly.
Nunca supo qué hacer con tanto dinero.
Tenía una escopeta y supo cómo usarla.
Pasó por este mundo como un fantasma:
perdido y desubicado.
El amor no logró redimirlo.
El amor no logró redimirlo.
En el brillo de sus ojos se vislumbraba
todo lo que estaba por venir.
Como escribió Roberto Bolaño alguna vez, murió de tanta tristeza.
Como escribió Roberto Bolaño alguna vez, murió de tanta tristeza.
¡Muchísimas gracias por colaborar en el blog, Rafael! Es un auténtico lujo que hayas dejado tus letras aquí.
ResponderEliminarKurt, alguien fuera de lo común, se fue demasiado pronto, como tantos otros que deberían seguir dejándonos sus canciones.
Un abrazo enorme.