viernes, 23 de noviembre de 2018

LECCION SE ESCRIBE CON SIETE LETRAS


En primer lugar quisiera dar las gracias a Tina, por permitirme el honor de estar en esta celebración de letras para conmemorar el célebre cumpleaños de un lugar que me encanta. Es como cuando en tu local favorito están de fiesta. Siete años, se dicen pronto.

Es curioso todo esto, no soy supersticioso pero me gusta el número siete, dicen por ahí que es el de la buena suerte, pero en mi caso no sé, es un número que me ha marcado desde niño, y por suerte, para bien. 

Muchas de las cosas importantes de mi vida han ocurrido en un día siete, a veces del séptimo mes, amor, graduación, logros, etc.  Pero si tengo que quedarme con algo hoy,  me quedo con aquel diciembre en el que cumplía siete años y mi padre, alguien muy importante para mí, me hizo uno de los mejores regalos de mi vida. Una flor con siete pétalos.

No soy un hombre de extremos, nunca lo he sido, ni soy de cielo ni soy de infierno, soy de esos que se quedan permanentemente en el limbo y aquella tarde para no variar, también lo estaba. Hacía mucho frío y a ratos echaba un vistazo por la ventana  para ver si la suerte me obsequiaba unos copos de nieve para decorar mi cumpleaños.  Miraba entusiasmado por la casa intentando encontrar alguna caja con papel de colores y lazos, o un bulto enorme envuelto en esa especie de papel acartonado brillante. Obviamente no encontré nada pero la inquietud no me dejaba esperar, y terminé preguntando por mi regalo. 

Mi padre con gesto serio pero elegante, escondiendo una pícara sonrisa, levantó su dedo índice y dijo: Lo tienes justo ahí.

Corrí hacia la mesita que él había señalado, y cuál fue mi sorpresa cuando me encontré media hoja de papel en la que había dibujada una flor con siete pétalos. El berrinche fue tremendo. ¡Que ofensa a mi infantil dignidad! no comprendía aquella barbarie ¡Era mi cumpleaños! Mi enfado era tan importante que desfilé hacia mi cama y lloré durante un buen rato.

It's my party and i cry if i want to, que diría Lesley Gore. 




Después de llorar amargamente, reaparecí en mi fiesta de mala gana, con un aspecto lamentable, los ojos como dos globos y la nariz colorada por aquella pataleta. Mis amigos y familiares me hicieron algunos regalos, así que se me pasó el disgusto momentáneamente  jugando y comiendo pastel. Pero al terminar la fiesta volví a la carga con mi resentido ego y pregunté por aquel dibujo tan tonto que me decepcionó tantísimo. Él me explicó que ya era mayor para ocuparme de ciertas cosas como esa flor, que debía cuidarla y regarla con las gotas de mi creatividad, porque era una flor especial y muy mágica que me daría muchas satisfacciones en un futuro.  Me contó una especie de cuento sobre aquella flor con siete pétalos, me dijo que esa flor se llamaba Música y que esos siete pétalos eran las notas musicales que yo debía aprender y proteger, para usar el verdadero regalo que tenía para mí. Una vieja guitarra acústica que él había comprado siendo un mozo y había cuidado con mimo durante muchos años. Mi decepción pasó a ser una Lección. Interesante palabra que casualmente también se escribe con siete letras.

A mis siete años se despertó mi amor por la música, con aquella flor de siete pétalos y aquella vieja guitarra. Hasta hoy,  que ya peino canas, ha sido mi compañera, mi guía, mi luz y mi sombra, mi mejor amiga, mi brújula cuando he perdido el norte  y hasta mi faro en las malas mareas.

No encuentro un lugar mejor donde dejar esta historia que en manos de alguien que es Música por sí misma. Mi querida Tina con la que da gusto conversar de lo que sea y de quien siempre me acuerdo cuando escucho a Leño, Loquillo, Burning, Ramoncín y sobre todo a Eddie Cochran o nuestro querido Willy DeVille.

Nadie mejor que tú para cuidar de este recuerdo. Y en honor a este séptimo cumpleaños, te lo regalo con todo mi cariño. Felicidades por este maravilloso lugar, por tus letras, por tu pasión y confianza y sobre todo por convertir esos pétalos a veces tan musicales en letras y hacerlos viajar hasta el alma de quien te lee, en esas cajas tan tuyas con forma de corazón.

Como diría alguien: No te llamas Ponyboy,  pero sigue siendo de oro y muy rebelde por siempre Tina. 

Una colaboración de Kid 
 

2 comentarios:

  1. Mil gracias, Luke por escribir en el blog, por seguirlo siempre, por la lealtad, el buen hacer constante y por estar siempre que se te necesita para cualquier cosa, no es nada fácil juntar todas esas cosas en una persona.
    Este precioso relato ha sido un regalo maravilloso, ten por seguro que lo guardaré con muchísimo cariño por siempre.
    ¡Un besaco gigante!

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    1. Mil gracias a ti Tina!!! No solo por permitirme el honor de participar en este cumpleaños fantastico, tambien por hacerme volver al pasado y recuperar un recuerdo que siempre quise compartir. Besacos infinitos y GRACIAS!!

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