Árboles
y libros
Feria
en El retiro
Entrar
en El Retiro es dejar el mundo urbano, su caserío. Aquí no hay tejas arriba ni
tejas abajo, expresión que usaba el gran Claudio Sánchez Albornoz. Hay libros arriba, vulgaridad abajo. Durante
la feria, entre el parterre de libros, donde somos el jardinero y el insecto, el
alejamiento de la vida corriente es doble. En este parque soy un madrileño de
arrabal que se siente un astronauta en otro mundo, en el que, curiosamente,
también se respira oxígeno. Aire cargado de letras, imaginaciones y gases
nobles, vagando como remolinos de los deseos.
Las
estatuas de los héroes desapercibidos me hacen guiños, gestos con sus
tendinitis de granito, mueven esas pupilas que miraron a Medusa; el ángel caído
señala una dirección. Todos me dicen: Ve al paseo de coches, allí están los
libros; en ellos, todo.
Las
personas sin voluntad tenemos propósitos. Naturalmente, sabemos que no los
cumpliremos. Fumaré menos, beberé menos, hablaré más, más simpático seré. El
objetivo de hoy es no comprar más de diez libros. ¿Por qué diez? Por lo mismo
que cumplir sesenta años me impresiona más que cumplir cincuenta y nueve.
Porque la trampa de los números, de lo redondo, de lo rotundo, nos atrapa. Es
un cepo en el que estamos a gusto. Creemos, supersticiosamente, que la vida
tiene un orden, un propósito, incluso. Mentira. Puedo dividir el tiempo en
décadas bien ordenadas, me va a matar igual. Sé que compraré más de diez
libros, que no tengo tiempo para leerlos, porque luego vendrán más. No me caben
en casa, como no me caben en la cabeza. Compulsión feliz.
En
fin, este vicio lector sólo me daña a mí, al tiempo que me da la vida.
Otras
pasiones, el amor principalmente, atañen también a otros. El amor es gozoso y
dañino, vulgar y sublime. Como el amor no puede callar, está muy relacionado
con la música. El blog de Tina es una prueba de esto. Canciones y versos,
emociones y deseos.
Diez años ya de leer sus cosas. Seguiremos.
¡Muchísimas gracias, Luismi! Gracias por estar ahí, por repetir escritura en esta casa y hacerlo con tanto gusto pero sobre todo GRACIAS por seguir leyéndome después de tantos años. Un abrazo enorme.
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