MIRAR SIN GAFAS DE SOL A LOS OJOS DE AYER PERO CON LOS OJOS DE HOY

“Sombras blancas detrás de mis pies
abrazándose a mí diez años después
diez años después
aprendiendo a bailar otra vez
con canciones que van más despacio que ayer”

“Diez años” – Diego Vasallo

 

No me gusta que usemos el sistema métrico decimal para agrupar periodos de nuestra vida. Es de lo más normal, sí. Dividir tu vida en décadas, tener crisis en el cambio de dígito, hacer resumen de tus últimos diez años. Pero me parece un sistema demasiado artificial y frío que funciona bien para los temas prosaicos, monetarios y numerales, no para hablar del alma. Estaréis conmigo que no tienen nada que ver los doce años con los diecinueve y, aun así, se los engloba en la misma década. Vale, admito que a medida que las decenas aumentan vertiginosamente, esa diferencia mengua casi a la misma velocidad. Pero ojalá existiera un sistema espiritual o existencial con el que pudieras dividir tu vida en periodos coherentes, agrupados no por meras cifras sino por vivencias, evoluciones personales o, incluso, por personas que significaron algo importante.  Y fíjate que con mi perfil bajo de alexitímico, yo lo pasaría fatal para llevarlo a cabo. Podríamos llamarlo “sistema emocional”, por ejemplo, pero se me da muy mal poner nombres. Quizás alguno de esos periodos sólo abarcase unos meses y otros una tacada de años. Ya, ya, sería complicado y un caos. Pero un caos salao y, a veces, el caos es necesario y saludable, que no todo se puede o debe mesurar.

 

“Si diez años después te vuelvo a encontrar en algún lugar,
No te olvides que soy distinto de aquél, pero casi igual.”

“Diez años después”- Los Rodríguez

 

 

En fin, es lo que tiene ponerse a escribir con una copa junto al ordenador, que es fácil desvariar con cualquier tontería e, incluso, escribirla. No me hagáis caso.

 

“Susurros de libertad inundan hoy mis manos
Recuerdos de un futuro, futuro que no es cierto”

“Diez años” - Sôber

 

 

A lo que iba. El blog de Tina cumple diez años. Reconozcamos que es un logro llegar a esa cifra en este mundo digital y cambiante en el que estamos. Un mundo que gira a mayor velocidad de la que nos enseñaron en el colegio. Donde todo se queda obsoleto nada más nacer y nos cansamos de todo y de todos con una facilidad pasmosa. Me da en la nariz que el blog nació para cicatrizar una herida (una herida con el mundo, con la vida, con las personas que piensas que estarán siempre y resulta que no, que nada es tan fácil e inmutable, una herida con uno mismo). Pero que ese objetivo sanador terminó mutando en otro más poderoso: comunicar. Decirle al mundo que estoy aquí y no me voy a ir. Pues eso, Tina, no te vayas, no lo dejes.

 

“Una copa por el momento de volver a empezar
la noche te dice cosas
que la mañana te hace olvidar
lo que fuiste tú diez años atrás.”

“Diez años atrás” – Loquillo y Trogloditas