jueves, 4 de noviembre de 2021

NUMBER 10, NUMBER 10

 

Nací un día 10 a las 10 de la mañana en un hospital situado en el número 10 de una calle principal de mi ciudad. A los 10 años estuve a punto de morir por una peritonitis que se complicó y me tuvo 10 meses en cama y sin poder ir al colegio. Mi frágil salud me llevó durante mi infancia a aislarme del resto y a vivir en mi propio mundo, en el que la música ocupaba un lugar principal. Mi educación se resintió e incluso me costaba leer y escribir correctamente, pero una destartalada guitarra que me consiguió mi madre me infundió valor para enfrentarme al mundo.

El número 10 me persiguió durante toda mi vida, para bien y para mal. Todos los grandes acontecimientos que viví giraron alrededor de ese número redondo. Conocí al tipo con el que fundé mi banda en el mes 10 y elegimos un nombre compuesto por 10 letras. Un día 10 firmamos el contrato con la discográfica que nos dio la fama, en una mesa de reuniones en la que había 10 sillas. Un total de 10 discos grabamos durante nuestra carrera, 10 años en los que no dejamos ni un solo día de discutir por el orden de colocación de nuestros apellidos en las canciones que compusimos juntos. Nuestro éxito me situó entre las 10 diez grandes fortunas del país y lo primero que hice cuando tuve dinero fue regalar a mis padres una casa rodeada por un extenso terreno, en el que 10 robles daban nombre a la propiedad. 

Vivíamos acosados por las fans, que asediaban nuestras casas, desprotegidos ante aquella marea que nos engullía. 10 chicas se colaron por la ventana del baño de mi casa en la capital mientras yo estaba fuera y me robaron varios objetos personales. Aquello me asustó y 10 semanas después entraba a vivir a una mansión blanca en las afueras, con 10 majestuosas columnas flanqueando la entrada. Guardé 10 coches de lujo en el garaje y, aunque yo era un peligro conduciendo, aquellos vehículos, brillantes y perfectos, me proporcionaban una gratificante sensación de seguridad.

10 fueron los años en los que estuve casado con la mujer de mi vida. En una ocasión, un periodista nos preguntó cuántos hijos queríamos tener, yo contesté “10”, riéndome mientras ella me miraba con espanto. Para demostrarle mi amor, le regalé en uno de nuestros aniversarios un anillo con 10 brillantes y al menos compuse 10 canciones de amor para ella. Pero no fue suficiente, mi mujer me abandonó por el dueño de una cadena de comida rápida con restaurantes en 10 capitales del mundo.

Algunas de las canciones que compuse para mi banda llevaban un 10 en el título o en la letra. Así sucedió en uno de mis temas más conocidos, donde el verso “Number 10” se repetía machaconamente durante toda la canción. Grabamos para acompañarla un clip, en el que aparecían 10 japonesas tocando 10 pianos blancos. Hubo quien lo tachó de excesivo pero a mí me proporcionó una reparadora sensación de paz. Me gustaba deslizarlo por toda mi obra, el número 10 me daba seguridad, imaginaba que nos traería buena suerte. Pensaba que las leyes de la numerología, antiguas e infalibles, pondrían orden y darían sentido a unas vidas tan angustiosas y llenas de estrés como las nuestras. Una forma simple y rápida de buscar certezas en un mundo fuera de control y que se nos escapaba. No pude completar la cifra de 10 discos durante mi carrera en solitario, pero siempre colocaba mi canción favorita de cada álbum en la pista 10. Como “10 Dream”, un tema que soñé durante unas vacaciones en Hawaii en una noche de luna llena. 

10 puñaladas puedo contar en ese cuerpo inerte tirado sobre el pavimento, que hasta hace solo unos minutos era yo. La magia del número 10 no pudo protegerme de una fan desequilibrada que me acusó de ser un brujo del mal mientras me acuchillaba, 10 minutos antes de que dieran las 10 de la noche, cuando salía de grabar la canción número 10 del que sería mi álbum de despedida.

Conx Moya #Hzlqdbs  Ilustración: Álvaro Ortega

***Felicidades a mi querida Tina por estos 10 años.

2 comentarios:

  1. ¡Muchísimas gracias, Conchi por volver a participar! Es un relato fantástico lleno de referencias a The Beatles y a la numerología. A lo mejor un día contamos el extraño vínculo entre George y La Mancha :P
    Es un gusto leerte. Besos

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    1. Y la ilustración que se me ha pasado comentarlo...preciosa.

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